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El gran mundo en el golfo de Arauco y la isla Mocha – Valeria Maino Prado

$12000

Ediciones de Los Diez

2019

1° Edición

ISBN 978-956-09201-2-6

Páginas 320

Valeria Maino va adentrándose en la historia de los millonarios del norte cuando se trasladan al golfo de Arauco y sus cercanías, en busca de carbón para sus fundiciones de cobre. Pronto, algunos mineros se enamoran de esos lugares y empiezan a levantar sus mansiones, con jardines y parques, que serán escenarios de sus aficiones y ocios. Durante el siglo XIX los visitarán los viajeros que pasean por esta costa. Algunos de estos chilenos pertenecen al Gran Mundo, poseen palacios en Europa y en Chile reciben a sus amigos internacionales, quienes contribuyen a resaltar estos bellos lugares, como sucede con Lota, que se lo recuerda en una calle del barrio más elegante en París y en un castillo con ese nombre en Ustariz, Francia.

Valeria Maino Estudió Historia y Geografía en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Hizo sus estudios de doctorado en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona. Ha sido profesora universitaria desde hace 50 años en las universidades Católica, Gabriela Mistral y Los Andes. Sus libros publicados son Las islas oceánicas chilenas (1985), La migración italiana en Chile (1988), La navegación del Maule 1794-1898 (1996), Terremotos en Chile (2009), Vida y Obra de Pedro Prado Calvo 1886-1952 (2010), El agua en el desierto más seco del mundo (2011), Los Testimonios del Yo (2014), La trashumancia en el valle del Choapa (2015). Como coautora tiene Tres ensayos de la mujer chilena (1978), Chile a Color: Geografía (1981) y Casas de campo chilenas (2004 y 2017).

DIARIO 1880 – 1883 – Isabel Espejo

$12000

ISBN: 978-956-09201-1-9
Autora: Isabel Espejo
Colección: Testimonios del Yo
Editorial: Ediciones de Los Diez
Año: 2018
1° Edición
Páginas 150
Dimensión: 15,5 x 23
Tapa blanda con solapas
Narrativa
PVP: $ 12.000

El Diario de Isabel Espejo es uno de los pocos que existen de mujeres chilenas de fines del siglo XIX, y se une a los de Amalia Errázuriz e Inés Echeverría. Se trata de un texto suelto, sencillo y sin mayores tribulaciones religiosas, donde describe muy bien la sociedad en el puerto de Lebu, fundado hacía menos de veinte años, con casas de madera y una gran cantidad de buscadores de oro, a donde llega acompañando a su marido Manuel Carrera Pinto, nombrado intendente de Arauco por Aníbal Pinto. A sus ojos, parecía un pueblo norteamericano del oeste, según lo que recordaba de las hazañas de su padre en la fiebre del oro de California. Llegan por allá a saludarla los candidatos a diputados y senadores, que buscan votos en la población. Lo mismo le pasa en Santiago; los caciques la visitan y llegan a su casa los políticos, para que los informe de lo que ocurre en Arauco. Este Diario hace repensar la participación de la mujer de elite en ese tiempo.

«Isabel Espejo Varas (1859-1883) pertenecía a familias chilenas for-madas en el siglo XVII; era hija de Juan Nepomuceno Espejo Bravo y de Luisa Varas Marín. Su padre era radical y agricultor; poseía un fundo en Quilicura y la hacienda Lo Espejo, hoy comuna metropolitana. Na-cida en Santiago en 1859, Isabel tenía gran inquietud intelectual, leía en francés y poetizaba siguiendo a los autores europeos. Se casó con Manuel Carrera Pinto, quien era amigo de su padre, en julio de 1879. El presidente Anibal Pinto nombró a su marido Intendente de Arauco en 1881, a donde partió a acompañarlo.
Allá, hizo amistad con los caciques mapuche y con los propietarios de minas de oro y de carbón. Isabel está pendiente de las ardides de los radicales, que apoyaron la candidatura de don Domingo Santa María. Se alegra de las leyes laicas, pero desconfía de la lealtad de este mandatario con su marido. Por su embarazo, vuelve a Santiago y en el parto muere a los 23 años.»

ESCRITOS SOBRE ARTE – Juan Francisco González

$10000

Esta publicación reúne una selección de textos publicados por Juan Francisco González en periódicos y revistas chilenos entre los años 1894 y 1929. Además, incorpora algunos testimonios de artistas que lo conocieron de cerca, como Manuel Magallanes Moure, Augusto d’Halmar, Pedro Prado, Gabriela Mistral, Dora Puelma, Marco Bontá, Pedro Sienna, entre otros.

El maestro vertía sobre la tela y el papel la pasión que sentía por las flores, por el otoño o por «las dulces tonalidades de lo antiguo». Y en ambos soportes y lenguajes libraba sus batallas. Por eso es valioso volver a leerlo, porque sus textos armonizan  y fortalecen la comprensión y disfrute de sus pinturas.

JUAN FRANCISCO GONZÁLEZ
(1853-1933)
Nació el 25 de septiembre de 1853 en la ciudad de Santiago, a los pies del cerro Blanco, en la actual comuna de Recoleta. Hizo sus estudios formales en la Academia de Pintura bajo la dirección de Ernesto Kirchbach y Giovanni Mochi. Su primer viaje fue al Perú en 1878. Regresa al país justo antes de que se inicie la Guerra del Pacifico y tiene la oportunidad de conocer a Arturo Prat. Se radica en la ciudad de La Serena hasta 1884, año en que se traslada a Valparaíso, donde se desempeña como profesor de dibujo en el Liceo de Hombres, dirigido por Eduardo de la Barra. El año 1887 emprende rumbo a Europa, el primer de sus tres viajes. El segundo será en 1896 y el tercero en 1904. Ingresa a la Escuela de Bellas Artes como profesor de dibujo en 1914 y ejerce la docencia hasta poco antes de su muerte, el 4 de marzo de 1933 en la ciudad de Melipilla.

Su destacada participación en los salones, sus intervenciones en las polémicas artísticas celebradas en revistas y periódicos de la época, y su condición de profesor y maestro lo convirtieron en uno de los personajes principales de la escena artística chilena de fines del siglo XIX y principios del XX.

Considerado como uno de los primeros pintores modernos en la historia de la pintura chilena, marcó a varias generaciones de artistas con su mensaje revolucionario y sigue cautivando a los amantes del arte chileno con sus obras llenas de carácter y colorido.

TEATRO – Eduardo Barrios

$14000

Reconocido como uno de los principales novelistas chilenos e hispanoamericanos de la primera mitad del siglo XX, la faceta de dramaturgo de Eduardo Barrios, Premio Nacional de Literatura 1946, no ha sido lo suficientemente difundida. Las cinco obras reunidas en este volumen: Mercaderes en el templo (1910), Por el decoro (1912), Lo que niega la vida (1913), Papá y mamá (1915) y Vivir (1916) corresponden a la primera etapa de su producción, en donde profundiza en el drama de las familias burguesas en decadencia y, en especial, en la represión social de las mujeres.
Por primera vez se publica la obra Mercaderes en el templo, cuyo manuscrito estuvo perdido durante décadas, completando el corpus dramatúrgico de Eduardo Barrios.

Sobre el autor

Considerado como uno de los grandes escritores chilenos del siglo XX y como un destacado líder cultural, desempeñando el cargo de director de la Biblioteca Nacional y Ministro de Educación, Eduardo Barrios recibió el Premio Nacional de Literatura en 1946.
Sus novelas El niño que enloqueció de amor, Un perdido, El hermano asno y Gran señor y rajadiablos lo posicionaron como uno de los mejores novelistas hispanoamericanos y sus obras se editaron en Chile, Argentina, México y España, siendo traducido a varios idiomas.
Incursionó con bastante éxito en la crónica periodística y la crítica literaria y teatral, además de escribir notables obras de teatro, que se reúnen por primera vez en este libro.
La extraordinaria capacidad de observación y fina sensibilidad de Barrios se expresan en estas piezas dramáticas con especial singularidad.
Como miembro destacado del Grupo de Los Diez, se publican sus obras bajo el sello de la hermandad decimal.